La Universidad de Antofagasta inauguró la exposición “MejorArte con Arte: Cuando la Memoria Pinta”, una muestra que reúne obras realizadas por personas mayores residentes del ELEAM Gloria Madrid Trejo en el marco de un taller de arteterapia desarrollado por estudiantes de Enfermería Gerontológica de la institución.
La iniciativa forma parte del proyecto ANT 2493 – “La UA se Extiende”, financiado por el Ministerio de Educación y ejecutado a través de la Dirección de Vinculación con el Medio y Extensión.
El coordinador regional de SENAMA, Víctor Tapia, destacó el valor de este tipo de iniciativas para la calidad de vida de las personas mayores institucionalizadas. “Para nosotros como Servicio Nacional del Adulto Mayor, este tipo de iniciativas son muy valorables, sobre todo cuando se trabaja con residencias comunitarias del servicio, porque permiten mejorar la calidad de vida de las personas mayores que viven en los centros de larga estadía. Les ayuda a conectarse consigo mismas, con sus emociones y a generar bienestar”, señaló.
Tapia también destacó la importancia de la vinculación con la academia: “La universidad es un factor muy importante en el cuidado de las personas mayores. Junto a la Universidad de Antofagasta hemos generado diversas iniciativas programáticas en beneficio de la región. Hoy la UA opera uno de los seis Centros Diurnos Referenciales del país, y lo hace exitosamente, además de otras acciones conjuntas que hemos impulsado en favor de las personas mayores”.
El arte como vía expresiva y emocional
La directora de Vinculación con el Medio y Extensión, Monique Olmos Carrasco, valoró especialmente el impacto emocional que esta muestra tiene tanto para los participantes como para la comunidad universitaria. “Montar esta exposición es una emoción enorme, porque vemos cómo se puede rescatar la creatividad del adulto mayor. Este trabajo comenzó con nuestro primer proyecto CreAr Salud, del Ministerio de Educación, y fue tan valioso que lo extendimos al proyecto actual ‘La UA se Extiende’”, explicó.
Asimismo, destacó la contribución formativa para los estudiantes: “Vemos cómo nuestros alumnos pueden aportar a estas actividades y cómo los adultos mayores, aun con enfermedades o dificultades, expresan su creatividad y emociones. A veces uno piensa que no están presentes, pero sí lo están, aunque sea por segundos. Para nosotros, como universidad estatal, es fundamental contribuir aunque sea con un granito de arena”.
El taller que dio espacio a la creación de estas obras artísticas estuvo guiado por estudiantes de tercer año de Enfermería, bajo la coordinación de la académica e investigadora en envejecimiento y arteterapeuta Mónica Jorquera Cox, quien explicó la relevancia de crear espacios significativos para personas mayores institucionalizadas. La iniciativa, señaló, permite “favorecer la expresión, la creatividad y la compañía”, elementos fundamentales para el bienestar emocional y social de esta población.
La académica y magíster en Arteterapia, enfatizó la importancia del trabajo realizado durante varios meses en el ELEAM Gloria Madrid Trejo, centro de práctica para la carrera de Enfermería. “Estamos muy contentos con este resultado. Esta exposición es parte del trabajo realizado en la asignatura de Enfermería Gerontológica, donde los estudiantes de tercer año interactúan directamente con personas mayores. El taller de arteterapia es una de las actividades que desarrollamos durante cuatro semanas”, dijo.
Jorquera detalló que el propósito del taller fue generar bienestar emocional, fortalecer la psicomotricidad fina y preservar funciones cognitivas. “La atención, la memoria, la percepción, el uso del pincel o el color… todo eso ayuda y genera bienestar. Tiene que ver con la humanización del cuidado, algo que buscamos instalar en los futuros profesionales, especialmente en un país envejecido que necesitará muchos recursos humanos capacitados. Es también un ejercicio de compasión y de dignidad hacia personas que viven en un lugar donde ya no están con su familia”, afirmó.
Las obras presentadas, explicaron los organizadores, nacen desde la experiencia sensorial y no desde la técnica formal. Cada pieza refleja gestos, colores y formas que emergen del instinto y de la memoria persistente, incluso cuando otras capacidades pueden verse afectadas por el paso del tiempo.