En Venezuela se vive una inédita escena: largas filas de funcionarios públicos, dueñas de casa y jubilados se han visto en plazas y edificios de Caracas, respondiendo al llamado del presidente Nicolás Maduro para unirse a la Milicia Bolivariana. El mandatario pidió a la ciudadanía “defender la patria” frente a lo que definió como “amenazas insólitas” de Estados Unidos.
Entre los voluntarios se encuentran incluso adultos mayores de más de 80 años, muchos de ellos con bastones o acompañados por familiares. El gobierno los muestra como ejemplo de valentía, mientras que críticos sostienen que es un reflejo de la vulnerabilidad y desesperación de la población, a la que se le exige resistir incluso en la vejez.
El llamado ocurre en medio de fuertes tensiones internacionales. Washington mantiene tres destructores lanzamisiles frente a las costas venezolanas, que según EE.UU. participan en operaciones antidrogas, pero que Caracas denuncia como una amenaza de invasión.
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