El académico de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad de Antofagasta, Jan Cademartori, abordó en detalle el descubrimiento de 20 millones de toneladas de cobre en el altiplano tibetano.
En la siguiente entrevista, el docente explica los alcances tanto positivos como negativos para nuestro país del hallazgo realizado por el Ministerio de Recursos Naturales y la Oficina Geológica de China.El principal mercado para el cobre que produce nuestro país es China. Desde ese punto de vista el gigante asiático ha consolidado una demanda sostenida del metal rojo también con otros países.
¿Cuál es la situación de China como productor de sus propios recursos naturales, en concreto cobre?
China posee un territorio enorme que es rico en recursos naturales. Sin embargo, presenta escasez relativa de cobre para sus necesidades. Si bien figura entre los países productores de este metal, está situado en los lugares más bajos lo que determina su permanente necesidad de importar tanto cobre como litio. No tiene en este momento gran producción, depende mucho del extranjero por ahora. Junto con lo anterior debemos considerar que la demanda del metal rojo siempre crece rápido. Está del orden de un crecimiento anual del 2% al 3% al año. Hay que ver que la demanda crece más o menos en 800 mil toneladas al año. Hay una demanda fuerte, creciente, pero el problema está en nuestras reservas. Por eso debemos mirar con atención a lo que está sucediendo en China, ya que siempre está la posibilidad de que China descubra yacimientos de recursos naturales. Es un enorme territorio orgánico que cuenta con la mayoría de los climas, lo que sumado a su gran capacidad de impulsar iniciativas, lo convierten en un país de frecuentes hallazgos geológicos.
Las reservas de cobre encontradas en el altiplano tibetano, ¿constituyen una amenaza para nuestro país?
Es una amenaza y una oportunidad a la vez, porque están las dos caras de la medalla. Es amenaza en el sentido de que a futuro, si es que estas reservas se demuestran que son económicamente factibles de explotar significa que ellos van a pasar a ser un productor importante y de alguna forma nos van a hacer la competencia. Pero no hay mucha información respecto de cuál es la calidad económica de esa reserva. Junto con lo anterior, si se demuestra que la calidad económica de esas reservas son importantes, aún tiene que pasar algún tiempo para que inicie la producción. Esto se debe a que los procesos de inversión son largos y pueden demorar varios años por lo que a largo plazo sí podría ser una amenaza.
Y desde el punto de vista más positivo. ¿Qué oportunidades podría ofrecer este descubrimiento a nuestro país?
Es de esperar que podamos ofrecer servicios de ingeniería. Que tengamos proveedores que puedan llegar hasta allá con servicios que es lo que siempre hemos soñado. Como país, hace mucho tiempo que tenemos claro que nuestras reservas no son eternas. Por este motivo, es fundamental consolidar una estrategia de clúster en torno a la minería, comenzando con las empresas que tienen más experiencia. Entonces, ahí podríamos ser nosotros proveedores también de China. En Chile ya tenemos una experiencia acumulada en materia de cobre y esto podría ser muy positivo para nosotros en los próximos 10 años. Para que esto ocurra debemos preocuparnos en cómo desarrollar los servicios de ingeniería y geología para la gran minería. En segundo lugar, es necesario modificar nuestra estructura productiva para no estar siempre hablando de que otros países son una amenaza porque pueden descubrir cobre. Entonces, nuestra estrategia económica tiene que estar basada en no depender tanto de una sola materia prima como el cobre. Es un llamado que se nos está haciendo muy urgente, el cual no hemos escuchado.
Sin embargo este es un debate del que no ha escapado ningún gobierno. A pesar de esto, parece que seguimos estancados, siendo mayoritariamente un país productor de materias primas. ¿Por qué cree usted que nos ha costado avanzar en esta materia?
Si se hubiese aprobado el proyecto constitucional, habría sido posible que el Estado hubiese jugado un rol más directo en la producción, un Estado más empresario. Hay fuerzas políticas y económicas que se oponen a eso, porque prefieren mantener el actual modelo económico. Entonces, mientras esas fuerzas políticas, por ejemplo, están prácticamente empatadas o con casi la mayoría en el Parlamento, se hace difícil que el Estado pueda tener una intervención más directa en las actividades productivas, como lo fue a partir de los años 40, 50, donde el Estado fue el gran promotor de la base industrial de Chile. Durante aquella época había una mayor conciencia y hubo gobiernos como el del Frente Popular, de la izquierda, que se comprometieron con eso. Hoy día hay una serie de proyectos constitucionales que hacen difícil este camino, por lo que se requiere un cambio en la correlación de fuerzas políticas para que exista más conciencia. Los gobiernos de centro izquierda no han tenido el marco constitucional, jurídico, ni las mayorías que se necesitan para poder promover una política de industrialización. Pero eso podría cambiar. Eso seguramente va a ir cambiando en el futuro a medida que nuestras reservas de cobre se vayan agotando.
¿Cree usted que con la producción de litio a gran escala, Chile sea capaz de consolidar una economía más industrializada?
Existe un avance paulatino, pero muy lento y frágil. Podría haber un próximo gobierno de derecha que echara por tierra todos esos intentos. Va a depender de qué fuerzas políticas estén en el poder. Los gobiernos más de derecha están conformes con el actual modelo económico, por lo tanto no van a hacer grandes esfuerzos en ese sentido. Por otro lado, Chile posee cerca de una cuarta parte de las reservas mundiales. Sin embargo, la mayoría de los proyectos de inversión corresponden a iniciativas para alargar la vida útil de las actuales operaciones mineras. No tenemos tanta seguridad respecto a proyectos nuevos, por lo tanto la producción china de cobre para los próximos 10 años va a crecer muy poco. La demanda crece 800 mil toneladas al año, entonces no hay que alarmarse tanto cuando aparezcan nuevos proyectos, pero es verdad que nuestra oferta crece lentamente. Pero lo más importante es no pensar de aquí a largo plazo que tenemos que seguir dependiendo siempre del cobre. Por eso es muy importante que los recursos que se han obtenido del Royalty se destinen sobre todo a diversificar la economía. Porque hasta ahora lo que se ve es que estos recursos se están usando en resolver problemas inmediatos, sociales, pero eso puede ser pan para hoy, hambre para mañana.