Un preinforme del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) concluyó que la ballena jorobada encontrada sin vida en la región de Aysén presenta “indicios de interacción con actividades humanas”.
El pasado 28 de octubre, un operador turístico descubrió el cadáver del cetáceo, por motivos todavía desconocidos, flotando en una zona cercana a un centro salmonero perteneciente a la empresa Cooke Aquaculture.
Sin embargo, la última necropsia realizada por el organismo público determinó que el animal registra lesiones lineales en su cuerpo “que pudieron haber sido causadas por contacto con cuerdas, cables o redes de las granjas salmoneras o artes de pesca”.
Junto con esto, el escrito detalla que los restos del animal presentan marcas de hematomas en una zona axilar y en la cola, posiblemente, ocasionadas por colisiones con embarcaciones menores asociadas a este tipo de actividades.
Sernapesca, Greenpeace y la comunidad Kawésqar “Grupos Familiares Nómadas del Mar”, presentaron una querella, de manera individual, contra quienes resulten responsables por la muerte de los ejemplares registrados en Aysén y Magallanes.