En Chile, es habitual que la Navidad sea llamada simplemente “Pascua”, una particularidad cultural que no se repite con la misma fuerza en otros países. Aunque el término se asocia originalmente a la Semana Santa, en el uso local pasó a identificar también el nacimiento de Jesús, tradición que se consolidó durante la época colonial.
La palabra “Pascua” proviene del hebreo pésaj, que significa “paso”, y llegó al español a través del griego y el latín. En el cristianismo, el concepto se amplió para referirse tanto a la resurrección como al nacimiento de Cristo, lo que explica que en Chile se hablara de “Pascua de Navidad”.
Esta forma de nombrar la festividad influyó directamente en expresiones propias del país, como pan de Pascua, árbol de Pascua y el Viejito Pascuero. Este último surgió alrededor de 1905 en Santiago, cuando los hermanos Krauss exhibieron una figura de Santa Claus en su juguetería del centro, y la gente comenzó a llamarlo así de manera espontánea.
A diferencia de “Santa Claus” o “Papá Noel”, el término Viejito Pascuero refleja una adaptación local marcada por cercanía y afecto. El uso del diminutivo “viejito” refuerza una identidad chilena propia, que mezcla tradición cristiana, herencia cultural europea y un modo particular de vivir la Navidad.