Mantenerse hidratada, elegir alimentos frescos y ligeros, practicar hábitos de descanso, son algunas de las recomendaciones que entregó la matrona del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta (HCUA), Verónica Callejas Espinoza, en conjunto a la académica y nutricionista de la casa de estudios Maritza Marin. Con una correcta alimentación y algunos ajustes en la rutina diaria, es posible mantener un balance y disfrutar de la etapa de gestación, sin comprometer la salud de la futura madre, ni la del bebe.
Si bien, los golpes de temperatura no suelen afectar directamente al nonato, el malestar general de la mamá sí puede repercutir en su condición, provocando sensaciones de agotamiento debido a la falta de líquidos corporales que se pierden a través del sudor.
«El feto mantiene su temperatura adecuada sin sentir el calor del ambiente, pero la progenitora debe mantenerse bien hidratada, bebiendo alrededor de 2,5 y 3 litros de agua al día para evitar complicaciones indirectas como una deshidratación severa», explicó Verónica Callejas Espinoza, matrona del HCUA, quien también subrayó que es fundamental que la embarazada preste atención a ciertos síntomas, como dolores de cabeza persistentes.
Evitar exponerse el sol y reposar
Uno de los puntos clave es evitar exponerse al sol durante estos meses calurosos, especialmente entre las 12:00 y 17:00 horas, cuando las temperaturas alcanzan su peak. “Es importante evitar el sol directo durante estas horas y realizar actividad física en horarios más frescos, como por la mañana o al atardecer», agregó Verónica Callejas.
En cuanto al descanso, comentó que se vuelve aún más crucial en el verano, ya que el cuerpo necesita más tiempo para recuperarse del esfuerzo extra que supone el embarazo. «Elevar los pies durante los reposos ayuda a disminuir la inflamación en las piernas, especialmente en los últimos meses de concepción», aconsejó Callejas.
Alimentación fresca y segura
En torno a la alimentación, es imperativo consumir productos frescos, como frutas y verduras de la temporada (sandia, melón, fresas, pepino), que contiene altos niveles de agua. Asimismo, las ensaladas y platos fríos, que no requieren de una cocción prolongada, son opciones idóneas. Sin embargo, Maritza Marin, académica y nutricionista de la UA, hizo énfasis en “evitar las comidas crudas (sushi, mariscos) y asegurarse de que los comestibles estén bien cocidos es esencial para prevenir infecciones como la listeriosis y la toxoplasmosis», afirmó.
Entre los nutrientes que no pueden faltar, la académica destacó el uso correcto de las infusiones frías, las aguas saborizadas con rodajas de frutas y las bebidas sin cafeínas. “El consumo de jugos naturales también debe ser moderado, ya que, al extraer la fibra de la fruta, estos pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre, lo que no es ideal, especialmente para aquellas embarazadas con riesgo de diabetes gestacional», puntualizó.
Precauciones al viajar y hacer actividad física
Si se planea un viaje durante el último trimestre, se sugiere optar por trayectos cortos, de no más de dos horas, y tomar descansos periódicos para movilizar las piernas y prevenir la retención de líquidos. Con respecto a las actividades acuáticas, la madre puede disfrutar de una relajante sesión de baño, ya sea en piscina o en la playa, siempre con precaución para prevenir caídas accidentales.